Mar del Plata: cientos de despidos en la ciudad líder en desocupación

Escribe Fernanda Díaz

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En Mar del Plata los despidos comenzaron hace unos meses y se han ido incrementando en las últimas dos semanas. Para mediados de abril, el sector privado ya acumulaba más de un centenar de trabajadores despedidos entre los obreros de la industria textil, metalúrgicos, de la alimentación y empleados de comercio.

En sintonía con lo que sucede a nivel nacional, la producción metalúrgica en Mar del Plata se desplomó alrededor de un 13 % y, en tres meses, 80 obreros perdieron su trabajo mientras continúa acelerándose la caída de la actividad.

En la industria textil, 20 trabajadores a comienzos de abril se quedaron sin trabajo y en la tercera semana del mismo mes, ya sumaban 30 los que se quedaron en la calle.

En el sector comercial también se registran pérdidas de puestos de trabajo, en empresas pequeñas dedicadas a la venta de alimentos y electrodomésticos durante los primeros 4 meses del año. Totalizan 30 los trabajadores que quedaron desvinculados entre diciembre y abril.

El dirigente mercantil Darío Zunda manifestó “su preocupación por los despidos” en Mar del Plata, pero minimizó la situación destacando “que al momento no tuvieron lugar en 'grandes empresas' ni tampoco ameritan el cierre de negocios”. Pese a creer que “van a seguir los despidos en comercios y se va a agravar en el invierno" (0223, 23/4), el secretario adjunto del Sindicato de Empleados de Comercio (SEC) no parece sentirse agobiado ni por los trabajadores que perdieron su empleo, ni por el pronóstico que el mismo otorga para una ciudad donde el turismo y el comercio son las principales actividades.

La multinacional Pepsico se deshizo de 36 obreros alegando “complicaciones económicas”. Esta situación llevó a una paralización de la planta con protestas de trabajadores en su interior. Hoy, a casi un mes de los despidos el conflicto en la fábrica continúa. Los obreros denuncian el hostigamiento que lleva adelante la patronal hacia quienes no fueron desvinculados, pero se solidarizaron con sus compañeros y protestaron. Éstos se encontraron con descuentos en sus salarios y el envío de mensajes intimidatorios. El Sindicato de Trabajadores de la Alimentación (STIA) denunció la situación ante el Ministerio de Trabajo. En la última audiencia del 30 de abril, sus representantes se ufanaron de “lograr” el pago total del premio bimestral, que se reconozcan dos horas de asamblea en el turno mañana y que no se efectúen descuentos por puntualidad y presentismo. “Para nosotros faltan todavía las horas de los compañeros que tomaron la asamblea, pero es una cuestión que seguiremos intentando resolver vía Ministerio”, explicó Chávez, delegado sindical. (Que Digital, 2/5/24). El STIA no reclamó y no reclama la reincorporación de los despedidos, ni organizó una huelga para frenar el ataque brutal a los obreros de la alimentación.

Por otra parte, cientos de despidos se produjeron en tan solo tres meses en las distintas dependencias estatales y de la administración pública que dependen de la Nación: en la delegación local del Ministerio de Trabajo, ANSES, INIDEP, Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia, CONICET, INADI, Seguridad Vial, Base Naval, Unidad Turística Fiscal Chapadmalal, Hoteles de la Armada y también en el Correo Argentino.

Al 23 de abril, entre despidos y finalización de contratos no renovables, ya se contaban 150; con el desmantelamiento de determinadas direcciones como el Enacom y el CDR perteneciente a Desarrollo Social de la Nación. Frente a este panorama, el secretario adjunto de ATE-Mar del Plata, Ezequiel Navarro, expresó a comienzos de abril que "Fue una semana tristísima”. Sostuvo además que "es fundamental que el Intendente diga algo acerca de estos 150 desocupados nuevos que tiene nuestra ciudad" (0223, 5/4/24).

Lo cierto es que como respuesta y para sobrellevar la crisis ha crecido la venta ambulante. El cartoneo y las personas en situación de calle han dado un salto pavoroso.

Miguel Guglielmotti, secretario adjunto de la CGT-Mar del Plata, declaró el 23 de abril, día de la masiva movilización universitaria, que están "preocupados por la situación” y que, por lo tanto, “se declararon en estado de alerta y movilización”. Así fijaron “tres momentos importantes”. El primero: la participación en la marcha universitaria. El segundo “momento es la marcha para el 1º de mayo y el tercero, el paro y movilización del 9 de mayo” (Infobrisas, 23/4).

Los dos primeros “momentos” ya pasaron, queda el tercero que está próximo a producirse.

¿Qué hará la CGT regional Mar del Plata en una ciudad que el INDEC ubicó, a comienzos del 2023, en el ranking de la desocupación nacional y que exhibe los índices más altos de precarización laboral y pobreza, luego del 9 de mayo? ¿Qué hará, en la ciudad donde habita una de las más importantes poblaciones de adultos mayores que cobran jubilaciones de indigencia?

¿Qué harán el Sindicato de Trabajadores Municipales (STM) y la CGT Mar del Plata, frente al intendente Montenegro que acaba de depositar los sueldos a los empleados municipales sin aplicar ninguna actualización salarial, descontó el paro realizado los días 4 y 5 de abril y se apresta a cerrar la paritaria por decreto?

Lo mismo que hasta ahora: convalidar como lo hace la institución madre las paritarias a la baja, el trabajo precarizado y los despidos. Dosificar las medidas de lucha frente a un saqueo histórico de salarios y jubilaciones y especular con que la Ley Bases (pactada con el gobierno), que destruye derechos del trabajo y profundiza la precariedad laboral, sea devuelta por la Cámara de Senadores a la de Diputados.

Frente a la entrega de la burocracia sindical: autoorganización de los trabajadores y coordinadoras de luchas que preparen la huelga general para terminar con este gobierno antiobrero.

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